En 1998 visité por segunda vez Andahuaylas, en los andes peruanos. En mi viaje anterior había conocido al activista cultural y trovador de la zona Isaac Vivanco Tarco y habíamos tenido muy buena química. Él me regaló su caset, dedicado a la invasión de América, ¿Cual encuentro, compadre? (500 años después) y me encantó. Fue muy importante para mi escuchar y aprender de Isaac Vivanco a la hora de desarrollar el trabajo que llevaba entre manos sobre la comunidad quechua y aymara. En ese viaje, comí cui en su casa, cocinado por su hospitalaria compañera, y fui a conocer la laguna Pacucha, aconsejado por Isaac, ya que estaba a muy pocos kilómetros. Poco tiempo después logré publicar en el Estado español un CD recopilatorio de canción de autor andina con influencias del huayno que titulé La Nueva Canción Peruana y donde se incluían tres piezas de aquel caset de Isaac Vivanco... Una de ellas la magnífica Hermanita Micaela, Madrecita Micaela, dedicada a Micaela Bastidas, pareja de Túpac Amaru, que fue asesinada junto a su compañero en la plaza de Cuzco por los invasores desmembrándola en público.
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