AMANCIO PRADA

Hace ahora 10 años el cantautor gallego, gran musicador de poesía, Amancio Prada, publicó uno de los CD's más hermosos que he podido escuchar en mi vida: Escrito está (Emi, 01).
Si una de las características de Amancio Prada es la búsqueda de la belleza en la voz, la melodía y el contenido... aquí, indiscutiblemente -como en tantas otras ocasiones, cierto-, la encuentra.
Amancio escribió en el CD, para presentar el manojo de bellos poemas hechos canción::
Escrito está todo lo que canto. Los versos ya escritos son el fundamento de mis canciones. Lo escrito permanece. Lo cantado renace. Escrito y grabado queda. Para quien quiera oír. A quien conmigo va, como dice  la canción del marinero del Romance del Conde Arnaldos.

La producción artística corrió a cargo del maestro Luis Delgado y el propio Amancio Prada.
García Calvo, Miguel Hernández, Antonio Machado, Lorca, Tagore, Antonio Pereira, María Zambrano... son algunos de los poetas que podemos encontrar en Escrito Está, además de un poema del propio Amancio.

Para recordar y celebrar el nacimiento de esta joyita hace ahora 10 años, dejo una "cápsula" con unas imágenes de Amancio en una de sus actuaciones dentro del Festival de Cançó BarnaSants y un retrato que le tomé hace ya un tiempo.
La canción escogida es la que abre el disco: Permite, Padre, a partir de un poema de Rabindranath Tagore.
De este poema/canción dice Amancio Prada en el CD:
Cantar como quien reza. Esta canción la compuse hace más de 30 años.No la había grabado hasta ahora. Lo que dice no hace falta explicarlo. Es una oración para decir y para escuchar en silencio: una oración interior. Apenas hay instrumentación, unos acordes de guitarra sobre un bajo continuo. Nada que distraiga, nada que adorne. Lo más parecido al silencio. La voz ofrece y reza. Palabras y música unidas y sostenidas por el arco melódico.

http://www.amancioprada.com/

Permite, Padre, que mi patria

se despierte en ese cielo

donde nada teme el alma,

y se lleva erguida la cabeza;

donde el saber es libre;

donde el mundo no está

roto en pedazos

por las paredes caseras;

donde la palabra surte

de las honduras de la verdad;

donde el luchar infatigable

tiende sus brazos a la perfección

y los justos ya no son perseguidos;

donde la clara fuente de la razón

no se ha perdido

en el triste arenal desierto

de la yerta costumbre.

Permite, Padre mío, que mi patria

se despierte en ese cielo

de libertad.