En estos días no paro de ver una foto que le hice a mi querido Vicente Feliú durante un concierto en el Auditori Barradas, en L’Hospitalet, actuando dentro del BarnaSants.
Sale por todas partes, sin pedirme permiso y sin firmar,
obviamente.
Mi hermano del alma, Vicente, aparece con su guitarra en una mano y el puño de la otra alzado, con un gesto aguerrido, intenso.
Una foto que hice para celebrar su vida y su paso por el BarnaSants, no para que sirviera de obituario.
Así de rara es la vida, así de hiriente tantas veces.
La historia de amor entre Vicente y el BarnaSants es larga, profunda.
Pere Camps, el director del festival, y el trovador cubano se querían como familia y además se admiraban mutuamente.
Pere sabía que tenía en Cuba, en la persona de Vicente, un cómplice único, porque Vicente, además de ser un gran trovador era un agitador cultural imprescindible. Y Vicente sabía que en Barcelona la casa del BarnaSants era su casa.
Uno de los regalos maravillosos que se hicieron mutuamente el BarnaSants y el trovador fue la publicación del disco Vicente Feliú. Al BarnaSants (BarnaSants/Ajuntament d’Altafulla, 13)
Vicente nos regaló un concierto excepcional acompañado del guitarrista cubano Alejandro Valdés. Y BarnaSants nos regaló programarlo y la edición de un disco de referencia, el último que publicó, para conocer al trovador en profundidad en su plena madurez.
En el disco Al BarnaSants encontramos al trovador Vicente, sin aditivos ni arreglos musicales que entretengan, más puro y directo, y nos encontramos con un cantautor cubano de nivel, sensible, sincero, comprometido, verdadero.
Al BarnaSants es el documento maravilloso que deja nuestro
amado trovador de un puñado de excelentes canciones (Que me cuenten, La felicidad,
El último adiós, Piropos, Aurora Nº 2, La guitarra de Lorca, Donde habita el
corazón, ¿Adónde irán a parar mis alas?... y nueve grandes canciones más entre
las que encontramos, como no, Créeme) en su momento mejor, con su voz y
personalidad más definida y asentada, con su grandeza artística en la cumbre, con
su nombre propio y voz propia brillando por derecho, con poderío.
Y yo puedo decir, con orgullo, que soy el fotógrafo de la
portada, contraportada y las imágenes interiores del disco.
Cosas bonitas que, a pesar de los pesares, da la vida.
Juan Miguel Morales
Fotógrafo
Ayyyyyy.... lo explicas tan bien
ResponderEliminarLa vida....
Besazo!!!