Junto al periodista Omar Jurado hice, a principios de los años 90, un reportaje sobre artistas callejeros de Barcelona que publicamos en un par de medios de comunicación de entonces, en la revista Vivir en Barcelona y una serie en el dominical de el diario El Observador.
En aquella época los reportajes se pagaban SIEMPRE. No te encontrabas con medios de comunicación que pusieran en duda el valor de tu trabajo. O hacías fanzines, que nadie pretendía cobrar por ello, o te dedicabas al mundo profesional sin que fuera una quimera cobrar por tu trabajo.
Otros tiempos.
Antonio el bailarín fue uno de los personajes que retraté para aquel reportaje.
Antonio era un bailarín de una cierta edad, bailaba en las Ramblas de Barcelona, y había conocido los buenos tiempos de los teatros de el Paralelo en su juventud participando en varios espectáculos de variedades.
Él era homosexual y había conocido también la persecución y la hostilidad del fascismo en tiempos del criminal dictador español.
Tenía una historia interesante que contar y se la explicó a Omar.
También, por la vida dura que había llevado, supongo, y porque trabajar en la calle no es fácil, era muy muy desconfiado.
La anécdota que más recuerdo de mi encuentro con él es que en algún momento decidió que yo era familia de Junior, que también se apellidaba Morales, el Junior de los Bravos y de Juan y Junior, si, el marido de la Dúrcal, y me acusaba de haberle hecho fotos para intentar sacar rendimiento con ellas en la prensa del corazón o no se dónde.
Parece ser que así se lo dijo una amiga suya muy avispada.
Una reacción extraña: "Eres el hermano de Junior y te quieres hacer rico a mi costa".
En fin. Tampoco insistió mucho con ese delirio. Se le pasó pronto.
No sé qué habrá sido de él.
Lo recuerdo ahora y aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario