domingo, 26 de julio de 2020

FOTOS ENCONTRADAS: MARTA. UN VERANO EN ALMERÍA. 1986

Aurora y Marta eran las chicas más interesantes de mi instituto, el Balmes, en Barcelona. Dos adolescentes absolutamente fascinantes, con las que se podía hablar de todo y compartir mil cosas. A veces nos reuníamos en mi casa del Paseo Marítimo y escuchábamos música, fumábamos, hablábamos de libros, hablábamos de todo. En esos tiempos, yo pintaba. En alguna ocasión habíamos instalado en la pared de mi habitación una buena porción de papel de embalar y habíamos expresado nuestras paranoias pintando mientras escuchábamos música hasta las tantas. Alguna vez se habían apuntado a estos encuentros Gabi o Iván, el hermano de Omar, también todos ellos amigos del instituto.Yo estaba colado por Aurora, pero las cosas no fueron más allá. Teníamos largas charlas frente al mar, nos regalábamos libros inolvidables y deseábamos la revolución. La primera foto es de 1985, está tomada en mi casa, en Barcelona, y se pueden ver a Aurora y a Marta. Las otras son de agosto de 1986, en Almería. Marta vino a visitarme ese verano y se quedó en casa de Maru, mi madre. Mi sobrino Iván también estaba allí. Fue un verano fantástico. Todavía, en ese tiempo, los veranos eran prometedores y eternos, y así recuerdo este del 86, cuando yo había cumplido los 19. Marta y yo íbamos a menudo a las calas de la zona del Cabo en autoestop. Pasábamos horas, a veces días, disfrutando esas aguas limpias y esas rocas volcánicas, ese paisaje tremendo, como si fuéramos libres. En una de esas ocasiones nos encontramos en la playa de San José a un grupo de "modelnis" de Almería, un grupo muy ochentero, muy "movida madrileña", donde habían varios conocidos míos y acabamos tomando algo con ellos. Ignacio "el punki", que junto a Ramón eran los punkis de Almería, aunque supongo que habrían más, tonteaba todo el rato con Marta. Javier, "el marquesita", conmigo... Y recuerdo que en ese encuentro yo estaba algo jodido, porque empezaba a sentir algo por Marta y veía que a ella también le hacía tilín Ignacio, y "el marquesita" me sobraba absolutamente. Acabaron invitándonos a una fiesta-orgía que harían próximamente en una casa de Ciudad Jardín, a la que no iríamos. Cuando regresamos Marta y yo, después de ese encuentro, a la playa de San José, donde dormiríamos esa noche sobre la arena de la playa, descubrimos que bajo la barquita donde habíamos dejado nuestros sacos a ella le habían robado el suyo. Así que tuvo que soportar aquella noche las pulgas de la arena de la playa que son tan fastidiosas. Y aquel verano dio para más historias. Podría llenar varias páginas de aquellas viejas y queridas historias.

Todo será diferente, mi amor
la chica cometió un error
es un placer decir que no
apunta al corazón
aquella estúpida canción
promesa de un verano eterno
de todas formas es la norma
en el infierno.
(Radio Futura)








1 comentario:

  1. Pero qué bien escribe usted, señor fotógrafo!!!!!
    Historias de verano...
    Genial!!!
    Besazo

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