Días de despedidas. No dejan de llegar noticias hasta esta casa que se ha convertido en cárcel en este confinamiento inacabable.
Adiós. Adiós. Adiós.
Hace pocos días supe de Marisa por su querida Mamen: también había decidido dejarnos.
Pienso en su madre... ¿Cómo está su madre?
¿Cómo está su perrita?... ¿O todo eso también se ha desvanecido, como si nunca hubiera existido, como si hubiera sido un sueño de un tiempo que quizás fue?...
Lo tangible (creo): Marisa y Mamen fueron muy importantes para mi en los tiempos en los que empezaba en la fotografía. Coincidíamos en el amor por la Cançó...
Juntos, Marisa y yo, montamos una exposición en un local de Gràcia, quizá en el 94.... No recuerdo bien...
Adiós, Marisa y tu sonrisa encantadora... Gracias por haber estado en mi vida.
Ahora leí esto.
ResponderEliminarTiempo de despedidas...pero llegaran tiempos de encuentros...unos aquí, fuera del confinamiento y otros serán allá.
Son despedidas no para siempre. Nada es para siempre
Un besazo
así es, querida natty
Eliminarrecorriendo el mar de los blogs he llegado hasta vos
ResponderEliminarme gustas
gracias, recomenzar!!!
Eliminarbienvenido