Caminando por Barcelona.
En tiempos de pandemia nada es igual. Más gente durmiendo en la calle, más libertad para los animales urbanos. Siempre hay cosas negativas y positivas: la vida es así de caprichosa. Lo malo y lo bueno siempre se mezclan.
Espacios que habitualmente estaban llenos de gente, ahora solitarios.
Muchas tiendas cerradas. No hay bares. No hay terrazas.
El mundo parece acercarse al gran final.
Una mujer lee un libro en la Plaça Reial. La miro asombrado.
En la Plaça Catalunya las gaviotas vuelan hoy sin muchas ganas, aparentemente, de molestar a las palomas, por lo menos en esos momentos que paso por allí. Algún intento de caza sí que hacen, hay que comer, pero por algo que no sé bien qué es insisten poco.
Así que las palomas vuelan, comen, tontean con quien les da de comer, se pelean entre ellas por un trozo de pan e intentan ligar...
Hay muchos mundos en este.
Caminando por Barcelona.