En 1979, aún siendo niño, vi por primera vez un concierto en directo y era de Miguel Ríos. Fue durante la feria de Almería, él presentaba Los viejos rockeros nunca mueren y quedé absolutamente impactado. Me convertí en su admirador irremediablemente.
Si aquel nuevo disco que presentaba me pareció una maravilla, después, indagando en su trayectoria, descubrí Memorias de un ser humano, La huerta atómica o Al Andalus.... Y después vendrían muchos otros grandes discos y muchos otros conciertos y momentos en los que la voz de Ríos me acompañaría.
En su concierto de despedida, que pude ver en Barcelona, fue inevitable no emocionarse y que se escapara alguna lagrimita, por muy ridículo que pueda parecer.
Para mi libro Retratos de cantantes fui a encontrarme con él a Madrid para hacerle unos retratos.
Aquí dejo dos de ellos.
Excelentes fotos!
ResponderEliminargracias!!!
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