miércoles, 30 de marzo de 2016

EL XAVI DE LA BATA DE BUATINÉ


Antes de llegar a la mitad de la década de los 90 se abrió en Barcelona un local nocturno realmente especial.

Se encontraba en la calle Robadors, en pleno barrio del Raval, en un momento de incipientes cambios del barrio, pero aún fuertemente marcado por el ambiente marginal que le caracterizaba.

La calle Robadors aún era casi un escenario de una película delirante de Feliini, con sus clubs iluminados de rojo y sus gordas prostitutas requetemaquilladas sentadas en sus puertas, provocando a los paseantes varones.

En una de esas viejas barras americanas se montó ese local de copas bohemio y diferente llamado La Bata de Buatiné.

Lo llevaba al principio y durante mucho tiempo Xavi, el chico que aparece en la foto que he colgado, y logró crear un espacio mágico donde cualquier persona era bienvenida.

Buenos precios y buena y variada música que se escuchaba realmente mal donde todo podía ocurrir, donde cualquier charla podía aflorar, profunda o todo lo contrario, donde las buenas vibraciones campaban a sus anchas.

En aquel pequeño local, andando los 90, monté una exposición de retratos de nativos americanos que había hecho en aquellos tiempos que difícilmente podía apreciarse cuando La Bata se ponía a tope de buenos bebedores y conversadores.

Y también en aquellos tiempos me dio por llevar en alguna ocasión mi cámara de medio formato para tomar algunos retratos.

Qué pena que no lo hice más a menudo.

Uno de los retratos que tomé fue este, el de Xavi. 

Creador y responsable de La Bata durante mucho tiempo.

Un ángel.

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