jueves, 18 de junio de 2009

RECORDANDO A FELIX ARENCIBIA

"No se pueden hacer grandes cosas sin grandes amigos"



martes 20 de noviembre de 2007

Juan Miguel Morales
Estaba en La Habana haciendo un reportaje fotográfico, de campo, sobre músicos cubanos. Corría el 2003. Era febrero. Quizá era febrero. Mi amigo Iván Soca, un fotógrafo habanero, me puso en contacto con otro fotógrafo, Claudio -ahora no recuerdo el apellido-, que me habló muy bien de uno de sus profesores de fotografía en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Y un día me lo presentó, porque a mi me interesaba conocer el ambiente de la fotografía en La Habana. Ese gran profesor era Felix Arencibia.Me encontré con un hombre maduro con alma de chaval. Felix, el apasionado, el generoso, el amante de la fotografía, el comunicador, el perfecto profesor. Cuando le hable a mis amigos Augusto (Blanca) y Rosy de él, me confirmaron: es un gran profesor y una magnífica persona. Dio clases de fotografía a nuestro hijo mayor y aun le recuerda, entre otras cosas porque Felix le regaló una cámara para que pudiera trabajar con toda la generosidad del mundo.Así era Felix. Generoso fue su verdadero nombre.Yo también puedo contar que en aquella ocasión, en el 2003, Felix me regaló varios rollos de 120 porque me quedé sin "munición" hacia el final de mi viaje, y me era imposible encontrar esos rollos en La Habana. Y Felix me regaló varios. Siendo tan difícil para él -como para mi- conseguirlos.Con Felix, en aquellos días, charlé bastante de fotografía, me presentó a bastantes buenos fotógrafos cubanos, y participé, invitado por él, en una de sus clases explicando mi trabajo y mi manera de trabajar en la ciudad donde habitualmente vivo, Barcelona (Catalunya).Cuando marché, quedamos que quizá regrasaría al año siguiente, para montar una exposición con mis fotos, en La Habana, pero no pudo ser.Felix tenía interés, supongo que por esa actitud de generosidad que antes recalcaba, por esa amistad profunda que brindaba con facilidad.Después de unos años, surgió la posibilidad en el 2007. Felix me invitó a un curso de fotografía que montaba el Instituto en julio. Me pidió que preparase una charla sobre fotografía contemporánea española y que llevase una pequeña exposición para montrar en el Instituto. Emocionado, así lo hice.Felix y yo nos reencontramos en La Habana en julio del 2007. Vino a recogerme al aeropuerto, a mi y a mi hermana Marié, que me acompañó a La Habana. Pocos días después ocurriría lo peor. Nos quedamos sin Felix y fui uno de los testigos de tan dramático suceso.Poco puedo decir.La Habana no es lo mismo sin Felix, la fotografía no es lo mismo sin Felix.Pero tuve la suerte de conocerlo. De conocer a un gran hombre -eternamente joven- muy, pero que muy generoso.Yo lo puedo contar. Espero no olvidarlo nunca. Me hace creer en el ser humano.

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